Que se reforme la constitución y los estatutos de la Gran Logia de Colombia, para establecer la elección de Gran Maestro y Diputado Gran Maestro, por sufragio Universal y directo de todos los HH; esto es, aprendices, compañeros y maestros, desde luego, conservando el requisito de quien aspira a desempeñarse como tal debe ser Maestro, por obvias razones.
Creemos que este procedimiento ampliamente democrático entre iguales, estimulará la participación activa de todo el Oriente en los asuntos de interés general y propiciará un ambiente nuevo de fraternidad y civismo masónico.
Desde ese nuevo escenario podemos contribuir al mejoramiento de nuestra Institución y dar un ejemplo que nos diferencie del mundo profano, en aspectos, como respeto, pluralismo, independencia, libre determinación y opinión, demostrando nuestra potencialidad como libres pensadores, creativos y participantes con iniciativas altruistas, que es también en el fondo el aporte que debemos hacer al país.
El día que lo logramos y podamos dar ese ejemplo de democracia participativa directa limpia y transparente internamente, en busca del bien común y los más altos intereses humanos con seguridad podremos y estaremos en condiciones de trascender a la sociedad Colombiana, para transformarla en el mismo sentido.
No sobra recordar que así ocurrió en la revolución francesa, cuando dirigida por ilustres masones, convirtieron en símbolo social y político, a nivel de Estado, los principios practicados desde remotas épocas en nuestro talleres de Libertad, Igualad y fraternidad que hoy son patrimonio de la humanidad entera.
Este nuevo reto debemos empezarlo ya, ahora en que no estamos en épocas electorales y se puede abordar esta reforma con sosiego, tranquilidad, análisis, equilibrio y mesura, recibiendo los aportes y opiniones de todos los HH, y las logias y la gran logia, mediante un debate amplio y fraterno.
Invitamos al gran Maestro, a la gran Comisión Constitucional para que pronto podamos hacer realidad esta iniciativa que nos parece importante y urgente, tomando en consideración el mundo globalizado en que vivimos y el fulgural del siglo XXI, considerado como el siglo de los derechos. Manos a la obra Hermanos. El ejemplo comienza por casa.
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