Al satisfacer nuestra voluntad de ser iniciados en la Masonería, bajo el profundo convencimiento de hallar un sendero que nos acerque a la verdad, encontramos un templo de hermandad, que invita a crecer en espíritu y a efectuar nuestra contribución durante el viaje por la tierra, en ejercicio del desarrollo de la humanidad. Ahora bien, para hablar de desarrollo de la humanidad, consideramos prudente plantear la urgente necesidad de acercarnos al concepto de la preservación de la humanidad. Preservar, es sinónimo de escoltar, de cuidar y de salvar. |
La humanidad debe ser preservada, y para este necesario y noble propósito, es necesario partir o arrancar con la Moral, como fundamento.
Nosotros hablamos del levantamiento de un templo al perfeccionamiento moral de la humanidad, definiéndose que la moral se basa en los valores que la conciencia nos dicta.
Por ello, proponemos, desde esta tribuna, UNA MORAL ECOLOGICA, como necesidad de profundizar un cambio del esquema de valores que impera en nuestra sociedad, que nos acerque a una economía de suficiencia y que nos permita ir abandonando la economía del querer, del consumismo, que cada día, mueve a la humanidad.
Últimamente, el mundo viene avanzando en un cambio de conciencia frente a la destrucción de los diferentes ecosistemas y progresamos en el concepto del desarrollo sostenible, bajo el entendido de usar y utilizar los recursos que hemos "heredado", respetando lo correspondiente a las generaciones venideras, estableciéndose un concepto de solidaridad entre las generaciones, sobre el que se nos puede exigir responsabilidad respecto de aquello que tenemos la obligación de transmitir.
Es por esto, que tomando como dictado de conciencia, la preservación de la humanidad, esta plataforma, debe impulsarnos hacia la construcción de unos conceptos de moral ecológica, para que formen parte de nuestra escala de valores, empezando por nuestra fraternidad.
La economía mundial quiere definir un statu-quo actual en el grado de desarrollo de las naciones, de tal modo que las condiciones actuales se perpetúen. Es decir quienes hoy contaminan el ecosistema y han contribuido con su carga de desechos a deteriorarlo, podrán continuar haciéndolo, siempre y cuando paguen en dinero su cuota de daño a las naciones que no lo han hecho.
Ello no resulta ético y se hace necesario exigir que todas las naciones, independientemente del grado de desarrollo alcanzado acepten reducir la proporción en que contribuyen al efecto degradante del planeta, para hacer que los países no contaminantes puedan incrementar su nivel de desarrollo sin agravar el problema ecológico, nosotros también podemos ayudar, reciclando, reutilizando y reduciendo, debemos empezar en casa, en la calle, en nuestro trabajo, sólo así, le daremos paso a, tal vez, una de las soluciones, que respeta la integridad de la creación y obra del Gran Arquitecto del Universo, nuestra descendencia.