En una calurosa mañana de finales del mes de Diciembre de 2005, cuando el Director de este periódico se encontraba de vacaciones en un balneario cerca a Bogotá, éste recibió una llamada telefónica, el interlocutor con acento Caribe le decía: que se debía trasladar urgente a Bogotá, para que revisara los documentos y asesorara a la Gr:. Log:., en la compra del inmueble de patrimonio arquitectónico ubicado en la carrera 5 No. 17-69, contiguo al parqueadero de la sede de la Gr:. Log:. en Bogotá. Al día siguiente nuestro Director se encontraba en la Secretaria de la Gr:. Log:., revisando la documentación y minuta de compraventa de los derechos del 72.18 % que un ciudadano español vendía a nuestra Institución, desde el umbral de la negociación se presumía que la misma no sería fácil, debido a que parte del inmueble era ocupado por la compañera sentimental del vendedor, quien alegaba posesión; otra parte del inmueble estaba ocupada por arrendatarios de varios condueños del edificio que no querían vender su cuota parte. |
Los ocupantes del edificio que habitaban el 3º. y 4º. piso del inmueble tan pronto supieron de la venta, no entregaron el inmueble, cambiaron guardas de la puerta principal, prohibieron el ingreso, alegaron posesión y empezó una batalla jurídica con la Gr:. Log:. de Colombia.
Pese a que desde el principio de la negociación hubo reuniones con la ocupante y su hija para la entrega pacifica del inmueble, ello no fue posible, debido a que los abogados de éstas exigían unas pretensiones económicas muy elevadas.
Comenta, “estábamos en una disyuntiva jurídica tremenda, éramos copropietarios del inmueble pero no gozábamos de la posesión del mismo, incluso en una ocasión cuando el Gr:. Maes:. de la época quiso cambiar un candado de la reja, del primer piso, fue repelido y denunciado penalmente. Debimos impetrar, contestar demandas, tutelas y hacernos parte en procesos de carácter policivo, civil, de familia e incluso de tipo penal.
“En ejercicio de un proceso divisorio, solicitamos el secuestro del inmueble, en dicha diligencia, hubo que allanar legalmente el mismo, los arrendatarios del segundo piso atendieron la diligencia se opusieron jurídicamente y en esos momentos llegaron las ocupantes del 3º. y 4º. piso del inmueble junto con sus abogados, que ese día, por coincidencia se encontraban en diligencia penal en el mismo caso.
Después de la identificación del Juez, fueron escuchados, como dato curioso, la arrendataria que no era abogada se defendió mejor que el ejército de abogados. Una vez terminada la diligencia fuimos sacados casi a empellones del inmueble” (…)
Esto ocasionó que, unos días más tarde los copropietarios del 2º. Piso accedieran a vender su 16.70% del inmueble, la negociación se efectúo y se hizo entrega real y material del apartamento del segundo piso, excelente noticia, recobrábamos la posesión de parte del inmueble. Se recomendó dejar un celador allí para evitar la pérdida de la posesión, infortunadamente por falta de presupuesto ello no fue posible y un fin de semana el Gr:. Econ:. de la época Q:.H:. Héctor Mejía Zuluaga, comunicaba que la ocupante del inmueble había cambiado las guardas de la puerta principal y no podíamos acceder al mismo. Nuevamente habíamos perdido la posesión.
Sabemos que nuestro Director, quien oficiaba como abogado de la Gr:. Log:. se enfado mucho por esta
noticia, le explicó al Q:.H:. que si bien habíamos iniciado los procesos policivos correspondientes, estos estaban fundamentados en la posesión del inmueble, motivo por el cual había que recuperarla. A la mañana siguiente el Gr:. Econ:. Héctor Mejía Zuluaga, lo llamó vía telefónica, para comentarle que la noche anterior no había podido conciliar el sueño pensando en nuestra posición frente al inmueble y que era menester que se reunieran para comentarle una idea que se le había ocurrido. Inmediatamente el abogado salió rumbo a las instalaciones de la Gr:. Log:. En la puerta encontró al Q:.H:. Econ:. un poco ansioso, quien lo saludo, con un gesto facial de preocupación, después de varios metros de camino y previamente de cerciorarse que nadie lo escuchaba, expuso su idea. Luego de oírlo el abogado quedó, (como dirían las señoras) estupefacto, la idea era sencillamente genial y había que ponerla en práctica a la mayor brevedad.
Se sabía que la señora y su hija permanecían la mayor parte del día, en el inmueble, junto a su mascota, un enorme, agresivo e inamistoso pastor alemán, entonces pudimos determinar la rutina de las ocupantes de tal manera, que se pudo establecer que se turnaban para salir y nunca dejaban el inmueble sólo, únicamente lo hacían los días domingos en la mañana, cuando salían a escuchar misa, en esos momentos soltaban al pastor alemán quien quedaba al mando de la casa.
El plan consistía en acceder al inmueble, por la oficina del Tall:.“Manuel Murillo Toro No. 3”, ubicada en el segundo piso y contiguo al edificio de marras, allí se abriría un boquete que nos permitiría el ingreso al apartamento desocupado del segundo piso cuya posesión se había perdido, pero sólo lo podíamos hacer los domingos cuando las ocupantes salieran a misa. Manifiesta: “(…) Fue un suceso muy importante en mi vida como Masón y abogado, porqué sentía, cómo muchos de nosotros uníamos fuerzas y conformamos un equipo de trabajo con un fin común, en efecto, desde el Gr:. Maes:., el Gr:.Econ:., los abogados, el arquitecto, la cuadrilla de trabajadores que reformaban la Cámara de reflexiones, la señora del aseo, los celadores, en fin, todos estábamos dispuestos y en armonía para lograr el objetivo, recuperar la posesión perdida.
Fue una época en la cual, los domingos para nosotros, era el día más importante de trabajo, los celadores indicaban cuando las señoras salían y la cuadrilla al mando del arquitecto empezaba su trabajo, en dos semanas habíamos accedido y recuperado la posesión del 2º. piso, el último domingo cambiamos guardas del portón principal, obviamente y con las advertencias de ley entregamos copias a las sorprendidas ocupantes del 3º. y 4º. piso que cuando regresaron de misa, sus llaves no funcionaron (…).”
Se tenía la condición de propietario en un 88% y la posesión de parte del inmueble, dentro del proceso divisorio, se puso en venta, en pública subasta, el restante 11,12% del inmueble de propiedad de una menor, por supuesto la Gr:. Log:. se hizo parte y como mejor postor, adquirió dicho porcentaje. ¡¡¡EUREKA!!!. Teníamos la propiedad del 100% del edificio, y sólo restaba definir la posesión de los ocupantes.
Como era previsible, el fallo del proceso divisorio salió a nuestro favor, la sentencia fue apelada por los
demandados y confirmada por el Tribunal, la acción de tutela tampoco les prosperó, el Despacho decretó la entrega del inmueble a favor de la Gr:. Log:. de Colombia, en la diligencia, las ocupantes solicitaron un mes para la entrega del mismo, situación que efectivamente sucedió.
En un año largo, el edificio, (inmueble de uso común), se había recuperado de manera, quieta, tranquila y pacífica. Fue un excelente negocio para la Gr:.Log:., fruto del resultado del trabajo colectivo y una lección para las ocupantes que pretendían una cuantiosa suma de dinero y que al final se fueron sin nada.
Con esta crónica decidimos abordar el tema, en forma didáctica y operativa, con un trasfondo simbólico para demostrar que en la unión de los Masones, está la fortaleza de todos nosotros. Que es mejor trabajar en equipo que de manera aislada o con un interés personal, comoquiera que el trabajo común conlleva un beneficio común.
Por ello debemos olvidarnos del yo como primera persona y pensar y actuar en cuarta persona es decir, en nosotros, en proyectos que propicien el bienestar colectivo, pues el bienestar personal no es suficiente, comoquiera que el interés superior o general, debe primar sobre el interés particular.
A la Masonería llegamos a aportar, a dar, a entregar, a buscar nuestro mejoramiento personal, pero siempre en beneficio de la comunidad, lo único que pedimos es la colaboración de todos para poder alcanzar, aumentar y proteger nuestros recursos filosóficos, simbólicos, espirituales y porque no, también los materiales.
Para alcanzar nuestros ideales es menester el compromiso y la cooperación de todos, a nivel, sin importar, edad, cargos, antigüedad o autoridad, recordando siempre la igualdad dentro de la Masonería. Ello exige sinceridad, trasparencia, prudencia y lealtad de cada uno de nosotros hacía la Institución, sólo así, demostraremos que en situaciones difíciles de la vida, cuando los hombres libres y de buenas costumbres trabajamos mancomunadamente y de manera unida, en un propósito común, alcanzamos lo que nos proponemos.