Resp:. Log:. Guimel Antonio Nariño No.57.
Pueblo indolente/ Distinta seria vuestra suerte/ Si conocieras el precio de la libertad. Policarpa Salavarrieta (Fusilada el 14 Nov. de 1817 por defender la independencia de Colombia, que hoy estamos entregando). No salgo de mi asombro cuando en todos estos días al leer las noticias en los periódicos nacionales, ver los noticieros en la televisión, y los programas de opinión, me encuentro que todos los comentaristas, analistas y otros tantos columnistas, emplean solo el leguaje de cosa juzgada, “del no hay nada que hacer”, con relación a nuestro “Mar de los siete colores”, es un lenguaje derrotisa propio de rábulas, que parecen más contratados para defender las aspiraciones de Nicaragua, que los derechos legítimos que le pertenecen a nuestra Colombia. |
Acordémonos que el único que puede autorizar la modificación de las fronteras, la venta de un pedazo de tierra nacional a otro país, es el pueblo soberano por medio del Senado de la República o de un plebiscito. (Arts. No 9 y 101 de la C. P. de Colombia).
Pero me pregunto, por qué será que cada vez que pienso en este fallo de la Haya, inmediatamente me viene a la cabeza la figura de la balanza de la justicia; y en un platillo veo a los Grandes Potencias Mundiales, las multinacionales carboníferas, las compañías petroleras y mineras, los grandes negocios de las comunicaciones, y los grandes conglomerados bancarios, y en el otro platillo unos cuantos Raizales Sanadresanos y sus peces y canoas, la barrera coralina y unos cuantos comerciantes dueños de almacenes, que han impulsado con gran esfuerzo y dedicación el turismo nacional del cual tanto hemos disfrutado.
¿Para donde creen Uds. que se inclinara la balanza? ¿Creen Uds. que tendrán alguna posibilidad los negritos, con mucho cariño los llamo así, de San Andrés sin nuestro apoyo decidido?
Por eso el gobierno Colombiano debe pronunciarse de manera inmediata desconociendo el fallo, pues existen muchos intereses económicos particulares en juego para que nuestra dirigencia se preocupe por unos cuantos corales y unos cuantos colores en el mar, como dice nuestra mal llamada clase dirigente.
¿No creen que la renuncia a la carta de Bogotá fue un poco tardía?, no podemos esperar Señor presidente, Usted que es un jugador de póker, a que los ánimos se calmen, para salir a decir después, que los términos se vencieron, que a estas alturas ya no hay nada que hacer.
No nos olvidemos que él conoce que somos tropicales, que la euforia nos pasa pronto, y que en algunos días ya nadie volverá a hablar de esto, ya que la noticia pasó, y muy pronto deberemos estar en algún reinado de alguna fruta, y más estando tan cerca las fiestas de fin de año. Qué tristeza reconocer esta falencia de nuestro pueblo, que los medios internacionales califican, que por este motivo somos uno de los pueblos más felices del mundo, en compañía de Sierra Leona y tal vez otro país olvidado del continente Africano.
Pero sigamos, ¿Porque Panamá si pudo pronunciarse rechazando el fallo, si en algo los afecta? En igual sentido lo hizo Costa Rica y nosotros los Colombianos ¿porque no podemos rechazarlo de una vez por todas sin mayores estudios y consideraciones?
Que tanto es lo que piensa nuestra Canciller, si esta respuesta ya debería estar estudiada y preparada antes del fallo, porque todo buen funcionario debe calcular los riesgos y salidas que tiene, para eso se nombro allí, no para asistir a cocteles y agasajos.
Qué esperamos para liderar una gran cruzada, en las redes sociales, en Twitter, Facebook, etc., utilizando los correos electrónicos para apoyar, no al gobierno, sino el pueblo Colombiano. Y no es que esté haciendo política, si no apoyando y presionando la declaración de desacato al fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Quiero dejaros en vuestras mentes esta parte de frase (o idea que he tomado) del poeta Jorge Robledo para que la mediten: “siquiera se murieron los abuelos” ... para que no vieran este desmembramiento del país por el cual ellos tanto lucharon”
Me pregunto qué estaría pensando Antonio Nariño, si viviera hoy, él que perdió su fortuna, su familia, defendiendo la patria y la libertad que hoy estamos dispuestos a entregar, con el único fin de que no nos llamen parias, a pesar de que otros países con mayor tradición democrática, rechazaron igualmente fallos internacionales sin que hubieran recibido ninguna sanción por parte de la comunidad internacional, como lo anuncian los profetas de la desgracia, que nos convertiríamos en parias, como si ya no lo fuéramos en todo el mundo, como lo pueden comprobar los que viajan y han viajado al exterior de nuestro país y les toca presentar el pasaporte Colombiano.
Ante este hecho saldrán los comentaristas de siempre, como en el periódico el Tiempo, que dirán que estos son sentimientos patrioteros de mentes calenturientas, para desorientar a la ciudadanía, no podemos culparlos, porque este fue su oficio de siempre y para eso fueron criados y contratados. Por lo anterior, les digo a todos los timoratos de este país que: “Prefiero Morir de píe y no vivir arrodillado”.