La palabra fraternidad encierra comprensión, perdón, dialogo, entendimiento, respeto a la diversidad, honradez, es la razón de los justos, la convicción de los héroes, es el trato entrañable dentro de una familia y al mencionar la familia, es normal encontrar en ella, hermandad, pluralidad, diferencia, bondad, afecto, cariño, donaire, gracia, salero, todos estos elementos expansivos y más constituyen la verdadera fraternidad.
Es importante precisar que cuando se recibe la ayuda el beneficiario debe demostrar y responder con la mayor responsabilidad la confianza en él depositada, ese es el mejor agradecimiento que puede recibir el dador de fraternidad. Aquí, resulta importante precisar también que la fraternidad tiene un límite y no podemos confundir malas acciones y abusos que no se denuncian y se dejan pasar, en nombre de la fraternidad.
“MxM MASONES POR LA MASONERÍA”, en el umbral de su aparición, en el año 2009, organizó un ciclo de conferencias sobre varios temas, entre ellos “PERSPECTIVAS DE LA FRATERNIDAD”, con la participación de excelsos conferencistas de la Or:. entre los cuales se encontraba el MM:. Pedro Lafont Pianetta. Por considerar el tema apropiado para nuestra celebración y por ser de interés general para la comunidad Masónica, nos permitimos presentar un resumen de esta formidable conferencia":
CONSTRUCCIÓN FRATERNAL
1.- ALCANCE.- La fraternidad es la expresión originaría y teleológica de la vida humana y la razón de ser de la humanidad, porque es la máxima expresión humana de unir la diferencia y lo desunido en el universo.
2.- ESTRUCTURA.- Ello se debe a que la verdadera fraternidad no es la relación formal derivada del ingreso y pertenencia a Talleres y Orientes, sino que es la unión material y espiritual de la construcción y desarrollo fraternal del género humano fundado en la verdad y en la necesidad de su progreso superior. De allí que su construcción tampoco sea formal, esto es, por gestión administrativa, por el contrario, se trata de una construcción que debe partir de la base de la existencia de una comunidad de lazos humanos que descansen en la aceptación y desarrollo (distinto de la mera creencia o simple convicción intima), voluntario y racional de principios, valores y expresiones humanas novedosas, que, a diferencia de las profanas (biológicas y de amistad circunstancial), superen el lenguaje, el trato, vida fraterna, y lleguen a ser “la expresión racional de un sistema humano de vida”
3.- ESENCIA Y NIVELES.- Por esa razón, la fraternidad es una forma positiva de unión de los hombres, que suma en cuanto agrega o acumula esfuerzos como ocurre con las ayudas y colaboraciones humanas, y que, más aún, multiplica, por cuanto genera creativamente varias veces el número de espacios fraternales, tal como acontece con la cualificación, incremento y beneficios mayores en libertades, igualdades y humanismo en la sociedad. Por lo tanto, esta unión difiere de aquellas relaciones contrarias que solamente restan, porque simplemente no alcanzan lo proyectable,” como sucede con la mediocridad, o solo no ceden nada, o simplemente ceden a otra parte de lo que se tiene, como ocurre con la lamentación, la mezquindad o la individualidad También se distinguen de las relaciones que dividen, bien porque provocan la separación de los hombres, como suele suceder con la manipulación, el aprovechamiento indebido y la deslealtad, o bien porque la distribución entre varios, solo deja una fracción como sucede con el egoísmo y el aislacionismo. Igualmente difiere de aquellas que solo igualan (estáticamente) o mantienen las cosas, porque solo implican una sustitución o cambio de estado sin progreso alguno, tal como ocurre con la pasividad y la conformidad. Sin embargo, su desarrollo depende del grado de entendimiento, compromiso y gestión fraternal de sus miembros, el cual, por lo tanto, puede alcanzar niveles aparente, mínimo, medio o superior. La fraternidad Aparente, viene a ser aquella que, por hacerse descansar únicamente en la pertenencia institucional, carece de un verdadero lazo fraternal y, por lo tanto, no genera verdaderas uniones y espacios fraternales, sino meramente aparentes.
La fraternidad Mínima, acontece, cuando su extensión es unilateral, porque se limita a un solo individuo, como aquel que se satisface plenamente (y por tanto, no mediocre) con el auto desarrollo individual; y lo mismo ocurre con la extensión bilateral, porque dicha fraternidad sólo une a dos personas, como ocurre en las relaciones de trato personal, amistad, auxilio, ayuda, apoyo, servicio, favor, asistencia, compartición unión de esfuerzo, colaboración, preferencia, confianza, etc. La Fraternidad Media, es aquella en que las anteriores relaciones son plurales, porque trascienden de las partes iníciales, debido a la multiplicación de la cadena a otras personas o grupos de la hermandad. La Fraternidad Superior es aquella que trasciende a la comunidad y, por lo tanto, benefician a toda la sociedad, tal como sucede con las acciones que irradian sociabilidad, caridad, filantropía, beneficencia, solidaridad, publicidad ejemplar, ciudadanía, nacionalidad, política social, cultura, organización social y actualizaciones humanitarias
4.- FINALIDAD.- Pero todas estas fraternidades no solo persiguen una mejor unión de los seres humanos, sino también el desarrollo de la humanidad entera, impulsando, con su experiencia, el cambio y crecimiento, ampliación, multiplicación y el progreso del desarrollo humano.
5.- ACTIVIDAD CONSTRUCTORA.- Sin embargo, como la fraternidad mencionada no es algo dado, ni de disfrute disponible, se hace necesaria su construcción. Pues solo construyéndola, ésta asume plena existencia, vigencia. De allí que para adelantar esta construcción se haga indispensable la adopción de una actitud activa y no pasiva, que con iniciativa propia (como guía), sincera (como camino), confiada (como vehículo), discreta (como control), y superior (como meta elevada), construya en forma creativa (novedosa) y multipersonal (colectiva) nuevas formas de unión fraternal (como cuerpo único renovado) en el nivel de mayor desarrollo posible.
Con todo, la acción constructora no solo le corresponde al dador, sino también al receptor y, por supuesto, a todos los demás intervinientes: Al dador de fraternidad, porque, además de la construcción, multiplicación, conducción, (magisterio) y aprovechamiento personal del objeto u otros para dar (v.gr. como los de carácter moral, intelectual, síquico, social, laboral, económico, político, etc.), también le corresponde construir la oportunidad, lugar y condiciones para disponer de ello a favor de otro u otros. Al receptor de fraternidad porque, además de construir y multiplicar las condiciones (materiales), personales, morales, intelectuales, etc.), y circunstanciales (temporales, espaciales, etc.), de mérito para la recepción de actos fraternos, también se hace necesario que cree las condiciones y circunstancias para la multiplicación posterior y disponga lo concerniente para su ampliación. De allí que todo lo dicho, también Se predique de todos los intervinientes de la cadena que asuman una u otra cálida. Además de lo anterior, es preciso señalar que tanto al dador como al receptor de fraternidad, le es forzoso adoptar acciones comunes de construcción de la protección de la fraternidad, no solo frente a sus enemigos internos (la pasividad y las demás imperfecciones) y externos (amenazas de desprotección) sino también la defensa activa (no reactiva) y multiplicadora (no única) de su conservación y desarrollo. Por ello, se hace necesaria su extensión territorial (v.gr. nacional, global, etc.), sectorial (educativa, cultural, económica, salud, financiera, etc.), sistémica (v.gr. humanitaria, etc.)
6.- CONCLUSION.- Luego, en todos nosotros, radica la contribución al desarrollo del género humano y es la hora de hacerlo, a través de la Fraternité Bienvenidos”.