Géminis No.45
La frase arriba citada, la consignó su autor, un hombre de 93 años en artículo “INDIGNAOS”, que publicó en el año 2010. El señor Hessel inicia su escrito reconociendo que está cerca del final de sus días, pero aun así exhorta con fuerza a los jóvenes a encontrar individualmente sus propios motivos de indignación, pues este sentimiento constituye una fuerza invaluable para provocar una insurrección pacífica en contra de las injusticias de la sociedad contemporánea. Es de todos nosotros conocido que las exhortaciones de este nonagenario hombre sirvieron de credo en las manifestaciones que se han llevado a cabo en Europa en el presente año, en protesta por la crisis económica y social que se ha precipitado sobre Grecia, España, Portugal y otros países de ese continente, como resultado de la debacle financiera del año 2008. |
Los hechos recientes que he descrito han servido de motivo personal para iniciar este nuevo año mas:. con la promesa de indignarme y de invitar a los HH:. del Or:. a indignarnos tanto como sea justo y necesario por las cosas que afectan a nuestra sociedad; por ello me he preguntado: ¿qué nos indigna a los mas por estos días?
Para responder la pregunta que acabo de formular, he decidido acudir nuevamente al método que propone Hessel: “Miren alrededor, encontrarán temas que justifiquen su indignación; situaciones concretas que los lleven a fortalecer su acción ciudadana. Busquen y encontrarán”.
La búsqueda que inicié el pasado 24 de junio, en realidad ha sido corta y los hallazgos impresionantes; están al frente de nosotros: en octubre de este año los habitantes de este planeta seremos 7 mil millones; mil millones de personas pasan hambre; 2 mil millones de personas sobreviven con menos de un dólar diario; mil millones de personas no tienen acceso al agua potable; las desigualdades entre los habitantes del planeta no se han reducido en el último tiempo sino que se han ensanchado; el Fondo Mundial para la Naturaleza , advierte que la tierra ya no da abasto con la creciente demanda de recursos, que si se mantiene el ritmo actual de consumo, en el año 2030 serán necesarios 2 planetas para atender las necesidades de la población y en el 2050 serán necesarios 3 planetas.
Si quisiéramos encontrar nuestro motivo de indignación en el ámbito exclusivo de nuestro país, fácilmente identificaríamos realidades que observamos todos los días en los medios de comunicación y en las calles: Colombia es uno de los países más desiguales del planeta; después de Sudán somos el país con mayor desplazamiento interno de población; los recursos públicos destinados a la salud han sido convertidos en botín de funcionarios públicos corruptos y de advenedizos empresarios que se han hecho millonarios en 10 años sin que puedan explicar cómo; los jueces de la República no han producido aún una sola condena ejemplarizante para castigar los delitos de corrupción que nos agobian hace varios años pero en cambio si han tutelado los derechos individuales de los contratistas corruptos cuyos intereses han prevalecido sobre los derechos colectivos de la comunidad afectada por sus conductas. Para terminar, la prensa del día, refiere que Colombia está ad-portas de una tragedia ambiental derivada de la forma irracional y corrupta como se está llevando a cabo la explotación minera en nuestro país; la prensa de ayer indica que nuestra población hoy en día alcanza una mayor longevidad, pero está afectada por enfermedades crónicas como las cardiovasculares, la diabetes y el cáncer, todo ello, como resultado de inadecuadas políticas públicas de prevención y tratamiento de esas enfermedades.
Dejo a un lado lo que dicen los periódicos recientes y me refiero a lo que pasa por estos días en el Or:. creo no equivocarme al afirmar que el principal motivo de indignación que he observado en nuestra Or:. en los días recientes es el relacionado con un proyecto arquitectónico que se nos ha presentado como alternativa y no como mandato por parte del Gr:. Maest:. Mi invitación fraternal es a que resolvamos este asunto de manera racional, rápida, respetuosa y desapasionada para que volvamos pronto a nuestra esencia, a nuestros verdaderos propósitos, a nuestros valores, a los grandes desafíos de carácter colectivo que demandan nuestro esfuerzo y nuestra inteligencia.
La invitación, que en concreto quiero hacer a todos vosotros consiste en que cambiemos el motivo de indignación que hoy existe en nuestro oriente por otro motivo que esté a tono con la grandeza de nuestra centenaria institución y con la gravedad de las circunstancias que nos rodean. Al iniciar nuestros trabajos en este nuevo año mas:., pido al G:.A:.D:.U:. que nos ilumine con muchos motivos de indignación colectiva que están a la vista para todo aquel que quiera verlos.