"El hombre que convertía el agua en vino"

SIMBOLISMO
Por Polo Yesid Mariño. MM:. Resp:. Log:. Cultores de la Acacia No. 77

Los cristianos conocen a Jesús inmensamente distinto de aquel personaje poderoso e impresionante como nadie más. La duración total de su ministerio fue tan solo de un año, desde la muerte de Juan el Bautista hasta su propia crucifixión. Fue evidente, que incluso este pequeño periodo estuvo plagado de amargura, tristezas y de disputas políticas internas, en particular entre Jesús y Santiago. Pues era evidente que Jesús, o Yahoshua ben Joseph como lo conocían sus contemporáneos, no era un hombre popular en Jerusalén y en Qumran. Sus rituales eran bastante más radicales de lo que su familia y la mayoría de los qumranos podían entender y entonces, la mayoría de la gente apoyaba a Santiago, incluso María y José.

El primer milagro de Jesús fue convertir el agua en vino en la boda de Caná. Por supuesto que no era un mero alarde de exhibicionismo, era el primer intento de Jesús de reclutar fuera de la comunidad, en lo que había sido una gran reunión. El término convertir el agua en vino era un término común, equivalente en español a la expresión " hacer una bolsa de seda con una oreja de cerdo". En este contexto, se refería a que Jesús hizo uso del bautismo para conseguir que personas ordinarias pudieran entrar al Reino de los Cielos, y prepararse para el final de la era. Según el glosario o la terminología de esa época, los no instruidos eran el agua y los entrenados y refinados eran el vino. Si tomamos la frase de manera literal, como algunos cristianos menos informados lo hacen, equivale a pensar que alguien tenía el poder de convertir las orejas de cerdo en bolsas de pura seda. Clemente de Alejandría (S II) decía que Jesús ofrecía enseñanzas simples a la mayoría pero impartía enseñanzas secretas a la minoría. Esto lo confirma el Nuevo testamento en Marcos 4:1