El proyecto de construcción de la Torre Eiffel resultó seleccionado en un concurso en el que fueron presentadas más de 700 propuestas. El objetivo de ese certamen era elegir el mejor proyecto para elevar un monumento conmemorativo en el centenario de la Revolución Francesa y fue Obra de Alexandre Gustave Eiffel que era Masón.
La estructura se comenzó a construir en 1887 para que sirviera como arco de entrada a la Exposición Universal, que conmemoraba el centenario de la Revolución Francesa. La torre se inauguró el 31 de marzo de 1889, y fue abierta al público el 6 de mayo de ese año.
Cada una de las piezas, fueron diseñadas y probadas con un cálculo muy minucioso, antes de ser colocadas en la torre. En la obra un equipo de entre 150 y 300 obreros, guiados por un equipo de veteranos en la construcción de puente, montaron este gigantesco mecano.
La obra fue desde un principio objeto de admiración por parte del pueblo, pero también de burla y rechazo por parte de numerosos artistas e intelectuales. Por ejemplo "Esa lámpara verdaderamente trágica" (Léon Bloy); "ese esqueleto de chatarra" (Paul Verlaine)... son algunas de las críticas que recibió. Incluso en 1909 estuvo a punto de ser derribada.
A pesar de estas críticas tan duras, la torre se convirtió en un gran símbolo de modernidad. Con ella Eiffel demostró que el arte y la técnica estaban íntimamente relacionados, la técnica permitía ofrecer nuevos recursos para el desarrollo artístico.
Hoy en día, la Torre Eiffel es el monumento más visitado de Francia, y se mantiene gracias a un mantenimiento de millones de francos. En 1980 fue restaurada, y se destinaron 50 toneladas de pintura de color bronce para cubrirla. En la cima existe un gran restaurante donde trabajan 380 personas. Dispone de cuatro ascensores, y 300 grandes lámparas la iluminan.
Esta imponente torre, de 6.300 toneladas de hierro forjado en 18.000 piezas unidas por 2.500.000 remaches, sin su antena de telecomunicaciones, mide 300 mts. de altura.