
Dado su esfuerzo y desempeño en los últimos años, el cual constituye la principal razón por la cual le dirijo esta carta, quiero mandarle mis más sinceras felicitaciones porque a más de ser un “rayo”, es un profesor en todo el sentido de la palabra. Es decir que usted ha demostrado a lo largo de su impresionante carrera que todos podemos llegar a ser exitosos sin importar de dónde venimos ni de los recursos disponibles.
No tiene idea de cuánto enseña a cada persona con sus acciones; sin duda alguna, una de esas personas soy yo. Una insignificante persona como yo que al verlo correr me dejé llevar por sus pasos arrolladores y comprendí que yo no tengo un destino fijo, que no tengo una carrera decidida, pero lo que si tengo es un sueño, un sueño que tal vez sea inconcebible, sin embargo más vale intentarlo que seguir soñando con los brazos cruzados.
Este sueño es muy simple pero difícil a la vez: es ser como mi padre. Un hombre increíble, digno de admirar, que empezó desde abajo y ahora es la persona más exitosa del mundo porque tiene una familia muy buena que haría todo por él.
Usted me dio la chispa que necesitaba para trabajar muy duro y ser como él. Me ha enseñado que nada es imposible, por lo que ahora tengo esperanzas de cumplir este sueño y/o meta.
Además deseo informarle que valoro mucho su esfuerzo al correr y he notado algo muy importante cuando vuela en la pista: usted nunca baja la cabeza, aunque gane o pierda, siempre tiene las mismas ganas de hacerlo. Nunca deja de poner todo su empeño, aún cuando ya sabe que ganó por seguro, sigue corriendo hasta cruzar la meta final.
Las olimpiadas son una competencia de muchos participantes y de demasiado valor y honor; no cualquiera puede llegar a participar en ellas. Estos juegos son muy antiguos y continúan teniendo la importancia que hace que los participantes y aficionados les gusten tanto.
Hay mucha historia en las olimpiadas, cada jugador siempre deja una huella, un recuerdo en los juegos olímpicos. Usted no solo dejo una marca en la pista, si no también en mi corazón y los de muchos más admiradores suyos.
Creo que los juegos olímpicos son solo una carrera más para usted, pero para la mayoría de atletas las olimpiadas es lo más grandioso del mundo, y una carrera nacional “no es importante”. Esa es la razón por lo cual usted es tan especial, sea una carrera del barrio, de la ciudad o de las olimpiadas, usted siempre se lo toma en serio y hace su mejor esfuerzo.
Sé que hará un papel excepcional en Las Olimpiadas 2012 en Londres. Tengo toda mi fe puesta en usted para verlo cruzar la meta primero y romper el record mundial que usted mismo lo planteó. Mis mayores deseos de su victoria.
Gane o pierda, siempre será Usain “El Rayo Veloz”
¡Gracias y Éxitos! David Heller Wancjer. Unidad Educativa "Alberto Einstein" Quito. Ecuador.