“Querido Profesor: mi hijo tiene que aprender que no todos los hombres son justos ni todos son veraces, enséñele que por cada villano hay un héroe, y que por cada egoísta hay un generoso. También enséñele que por cada enemigo hay un amigo y que más vale moneda ganada que moneda encontrada. Quiero que aprenda a perder y también a gozar correctamente de las victorias. Aléjelo de la envidia y que conozca la alegría profunda del contentamiento. |
Que aprenda a jugar sin violencia con sus amigos. Explíquele que vale mas una derrota honrosa que una victoria vergonzoza.
Que crea en si mismo y sus capacidades aunque quede solito, y tenga que lidiar contra todos. Enséñele a ser bueno y gentil con los buenos y duro con los perversos.
Instrúyalo para que no haga las cosas porque simplemente otros lo hacen, que sea amante de los valores. Que aprenda a oir a todos, pero que a la hora de la verdad, decida por si mismo.
Enséñele a sonreir y mantener el humor cuando esté triste y explíquele que a veces los hombres también lloran.
Enséñele a ignorar los gritos de las multitudes que solo reclaman derechos sin pagar el costo de sus obligaciones.
Trátelo bien pero no lo mime ni lo adule, déjelo que se haga fuerte solito. Incúlquele valor y coraje pero también paciencia,constancia y sobriedad.
Transmítale una fe firme y sólida en si mismo. Teniendo fe en Dios también la tendrá en los hombres.
Entiendo que le estoy pidiendo mucho pero haga todo aquello que pueda.” Abraham Lincoln, 1830