Resp:. Log:. Galileo Galilei No. 23
Podríamos decir que la pobreza y la riqueza se encuadran dentro del Bien y el Mal, categorías de la ética en las que se expresa la estimación moral de los fenómenos sociales y de la conducta de las personas. El bien es aquello que la sociedad (o una clase social dada progresiva) considera moral, digno de imitación. El mal tiene un significado opuesto. Los explotadores presentan su idea del bien y del mal como “eterna “y válida para todos los hombres, remitiéndose, para ello, a prescripciones divinas o a principios “metafísicos”. Uno de los sistemas morales idealistas más influyentes es la Teoría de Kant. Según ella, es bien todo cuanto esté en consonancia con el imperativo de la ley moral, dado en cada ser racional independientemente de las condiciones en que el hombre vive (Imperativo categórico).
Fueron Engels y Marx quienes al dar la vuelta de la dialéctica, descubrieron el núcleo racional que se oculta bajo la envoltura mística y profundizaron sobre el estudio de las leyes generales de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento humano, leyes que permitieron concebir con amplio y sólido fundamento la existencia de ricos y pobres que, permitió encausar este descubrimiento de las leyes físicas en una lucha de clases. Sin embargo la Masonería enseña que riqueza y pobreza no deben entenderse solamente desde el punto de vista económico o material, al contrario es importante enfocarlo en el ámbito moral y espiritual, por ello podemos manifestar sin temor a equivocarnos que la verdadera riqueza del ser humano se encuentra en su interioridad. Ella se adquiere mediante el desarrollo de la inteligencia, de la disciplina, de la creatividad, del esfuerzo, de la voluntad y del desarrollo de los valores libertarios. En fin la riqueza espiritual es uno de los valores más preciados del hombre y será una virtud que jamás se podrá comprar.