Resp:. Log:. Propagadores de la Luz No. 1
Para contestar a esa pregunta hay que explicar la forma en que se realizó nuestro calendario. El calendario gregoriano, vigente hasta hoy en día, nos remite al Papa Gregorio XIII (1502-1585), que intentó considerar el verdadero año solar. Es decir, debía dividir en la forma más uniforme posible a lo largo del año, el tiempo que tarda la tierra en orbitar el sol. El calendario anterior al gregoriano, el denominado calendario juliano, consideraba un año de 365,25 días, pero el Papa Gregorio determinó que serían 365,2425 días. Para compensar los decimales que existen después de la coma, cada cuatro años se constituye un bisiesto, que dura un día más. |
Lo único seguro es que César no se sentía muy satisfecho con los 355 días del año, pues aunque se conocía poco la Astronomía, era suficiente para saber que la órbita de la Tierra alrededor del sol duraba más.
La ignorancia astronómica que mantuvieron los romanos a lo largo de los años llevó a que se tuvieran que insertar meses intercalados para recuperar el atraso. Un año podía tener más de 400 días. Julio César consiguió acabar con ese caos repartiendo entre los meses cortos los diez días que le faltaban; ahora esos meses tenían un número par de días, concretamente 30, y eso, en opinión de los agoreros, podía ser un motivo de llamada a la mala suerte.