(7 Agosto de 2011 e:.c:.)
El paso lento y lejano el rostro curtido por el sol de Occidente y miles de recuerdos, miles, en medio de los TTempl:. y allá en los VVall:. donde se esconden y reposan los sentimientos y el amor. Aquí, muy cerca de mi, o en la distancia, veo las amables figuras de aquellos a quienes, con fraternidad, despejamos su rostro y su alma toda, con las luces del bello sol de Oriente. Estarán para siempre en nuestros corazones. Veo también, que triste decirlo, algunos que debo igualmente llamar Hermanos y que escondidos en la sombra quisieron pisotear y sepultar mi honra, mi sangre, mi nombre. Pero raudo pasa el tiempo y constante y perdurable es y será la escuela de la hermandad, de la fraternidad, del amor, de la eterna amistad. |