MM:. Resp:. Log:. Géminis 45
La frase que preside esta pl:. la pronunció el Premio Nobel de Literatura para explicar la razón por la que al final de sus días continuaba interviniendo en los asuntos públicos a pesar de haber alcanzado la gloria como hombre de letras. El concepto implícito en dicha frase es el que ahora rescato para elaborar una propuesta que invoca el mismo principio, el cual quiero compartir con todos vosotros. “Lo que digo es que como masones tenemos un compromiso con nuestra época, con nuestra ciudad, con nuestro país, con nuestro mundo. Los masones no podemos dar la espalda a todo esto para dedicarnos solamente a los símbolos, a la historia y a los ritos”. |
Una realidad preocupante e inocultable de la sociedad colombiana es la que ha advertido en reciente entrevista la Fiscal General de la Nación; en sus palabras “Existe en el país una crisis estructural por que los delitos de corrupción nos han desbordado”. Después de pintar este sombrío panorama afirmó dicha funcionaria: “He sentido que uno de los peores pecados que tenemos los colombianos es la cobardía”, haciendo alusión a la indiferencia y al miedo a denunciar que caracteriza al común de nuestros ciudadanos.
Con las citas que acabo de hacer, pretendo invitar a todos vosotros a involucrarnos en los asuntos que afectan a nuestra sociedad y a tener el valor que se requiere para ello, pues este deber ciudadano tiene plena correspondencia con el fin masónico de contribuir al perfeccionamiento de la humanidad. Es claro que si nuestra orden es una agrupación de hombres libres y de buenas costumbres, regidos por autodeberes, no podemos los HH:.Ver el espectáculo que tan claramente describe la Fiscal General de la Nación, sin sentir la obligación moral de transformar lo que estamos observando. Soy más directo en decir que como masones y ciudadanos tenemos el deber moral de intervenir todo lo que sea necesario y justo en los asuntos públicos mediante las propuestas, las críticas o las denuncias, pero también mediante la acción y el involucramiento directo en los asuntos públicos; lo único que no podemos hacer los masones es ser convidados de piedra dentro de nuestra sociedad o ermitaños voluntariamente recluidos en nuestros templos por haber renunciado al protagonismo y al propósito de trascender dentro de la sociedad.
Hace algunos días se discutió en el Templo sobre el tipo de grupo que podríamos ser los miembros de nuestro taller; a este propósito presento a vosotros la propuesta de constituirnos en un grupo útil para la sociedad pero incomodo para los corruptos de todos los pelambres que pululan en nuestro país; en un grupo que no se resigna a este estado de cosas y que todavía se indigna con lo que hoy parece ser normal; un grupo dispuesto a ser parte de la transformación de nuestra sociedad; un grupo que no se limite a los planteamientos abstractos y teóricos sino que también apoye el acceso de sus miembros a las instituciones públicas encargadas de controlar y vigilar el presupuesto y la administración pública; un grupo que vea en tales aspiraciones una expresión del deber ciudadano de participar y no una manifestación del interés personal que pretende abrirse paso utilizando indebidamente a los miembros de la orden.
Dejo a vuestra consideración esta propuesta que os invita a reconocernos individual y grupalmente como partes vivas del universo, del país y de la sociedad y como masones proactivos y fraternales en la práctica y no solo en las palabras.