El masón verdadero, lo es porque además de haber tomado la decisión de vencer la ignorancia, la hipocresía, el fanatismo y la ambición, asumió el compromiso práctico de vivir siendo realmente útil a sus semejantes.
A diferencia de quienes confunden ingreso con iniciación y asumen el ejercicio masónico como si se tratara de un festín de joyas y condecoraciones, al masón auténtico lo distingue su engaste intelectual. Su búsqueda incesante de la sabiduría y deseo de perfeccionamiento a través del conocimiento. Su actitud y el lugar que ocupa en la sociedad traslucen su pensamiento libre y sus buenas costumbres, su total apego a la racionalidad y adicción por la cultura. Por eso, los masones verdaderos son seres moralmente íntegros y poseedores de una fuerza espiritual incontenible.
El masón auténtico es un estudioso y un investigador de la condición humana y la realidad social. A diferencia de otros intelectuales que se ensimisman en sus propias reflexiones o las utilizan para su exclusivo beneficio personal, marcan pautas los masones porque son intelectuales con iniciativas y por su sentido propositivo logran transformar la sociedad en que viven.
En la intimidad de los trabajos, los verdaderos masones se asumen ante los demás como modestos obreros del pensamiento que practican el libre examen. Su superioridad espiritual los hace resistentes al dogma y amigos de la tolerancia. Son alérgicos a todo tipo lisonja o alabanza que pretenda doblegar su voluntad. El único código que reconoce es el mérito. Ejerce las dignidades y oficialías sin envanecimientos y sin derivar ventajas sobre los demás. Su mejoramiento individual y personal va acompañado por su entrega al servicio de la humanidad, propiciando soluciones a los problemas. Son seres de luz por sus ideas y propósitos firmes.
Esas características demasiado particulares son las que explican el liderazgo y la figuración notable que a lo largo de la historia ha tenido la masonería en la formación y en el desarrollo de casi todos países. La orden ha sido un faro para la humanidad.
No obstante, cuando las instituciones son inferiores al cumplimiento de sus finalidades, su fortaleza desaparece. Eso es exactamente lo que ha venido ocurriendo con las instituciones colombianas en general y en particular, lo que dramáticamente está afectando a la masonería.
Estamos ante una crisis generalizada que ha permeado todos los ámbitos de la sociedad. Hasta las más augustas y respetables instituciones de todas las épocas, han sido alcanzadas por el oleaje de la corrupción y los vicios de la politiquería. El paisaje está completamente copado por la mediocridad de los dirigentes, sus áulicos y corifeos. Muy pocas personas escapan a los efectos degenerativos de la inmoralidad sobre las buenas costumbres.
Sin embargo, el piso de los templos masónicos simboliza la naturaleza dual de todos los fenómenos. La muerte apenas es un medio para nuevos nacimientos. Toda crisis lleva intrínsecos los factores para ser superada. Lo único intemporal que existe es el permanente renacer.
En el caso de la crisis colombiana, independientemente de quien triunfe en las elecciones próximas o de que tendencia mantenga su predominio e incluso, no importa hacia cuál de ellas, los miembros actuales orienten sus simpatías, el patio interior va a requerir de liderazgos serios y meritorios.
Las sillas no pueden continuar vacías. Se requiere mayor compromiso y capacidad para contrarrestar las causas reales del actual decaimiento, entre otras, la mediocridad intelectual, la megalomanía, la ostentación y el arribismo.
Entonces, quienes pretendan honrar la masonería de otrora, deben saber que esta es una escuela de verdad y para la verdad, en la cual, tienen cabida todas las tendencias del pensamiento y las convicciones sinceras de cada individuo. Sólo así se podrá construir esa íntima y profunda armonía que simbolizan los brazos entrelazados de la cadena de unión fraternal. Cada quien debe hacer gala de una defensa inteligente y brillante de sus íntimas creencias.
Si lo fundamental seguirá siendo la búsqueda de la verdad ¿Cuáles serían las acciones inmediatas?