“Resp:. Log:. Propagadores de la Luz No. 1”
Otra fuente, señala que el término "laico" del griego λαϊκός, laikós como "alguien del pueblo", de la raíz λαός, laós. "pueblo" aparece primeramente en un contexto cristiano.
Así las cosas, nos encontramos frente a dos posiciones antagónicas Estado Laico y el Estado Confesional, enfoques que seguramente en ningún tiempo encontraran puntos concordantes.
Ante este polémico debate nos preguntamos ¿cuál de los dos enfoques defiende la Masonería?, sin duda, el Estado Laico, y la razón es muy sencilla, la garantía de la libertad de conciencia y cultos, pues esta figura impide la exigencia de normas, dogmas y valores morales particulares o propios de tal o cual religión.
Conlleva el laicismo la secularización del Estado, sin desconocer, que puede éste reconocer los valores religiosos de su población, sin primacía de una religión sobre otra, pues es cierto que, por regla general existen valores religiosos que son prioritarios dentro del bien común.
Cuando la Masonería expresa Libertad, igualdad y fraternidad, encierra la decisión de buscar que el Estado sea independiente de las corrientes religiosas, es decir, del poder eclesiástico, buscando la libertad de pensamiento que compete solamente a cada ser humano. El Estado debe garantizar la diversidad de credos y actuar como árbitro en esa pluralidad de creencias. El laicismo hace parte del mundo de hombres, mejor aún, de lo que conocemos en occidente como democracia, pues el dogma religioso no puede ser parte del ordenamiento político o fuerza motriz del Estado, por tal razón, reiteramos, es algo que compete a la conciencia de cada cual.
El laicismo busca alcanzar una convivencia entre todos los sectores religiosos, inquiere el respeto de todos los credos, asegurando, como lo ha enseñado la Masonería desde tiempos eternos, la igualdad de todos los hombres ante la ley y el derecho de poder desarrollar su sentimiento religioso.
Consecuencia de la libertad religiosa o de culto garantizada por el Estado, es la educación fuera de este círculo que permite una enseñanza pública o privada independiente de cualquier creencia o práctica religiosa.
El Laicismo solo busca la tolerancia, pues, es sin duda, la más importante herramienta para la convivencia humana, recordemos que cuando se vive sin exclusiones ni persecuciones hay paz social.
La tolerancia nació en la época más difícil de la historia humana, la edad media, época oscura, terrible y temida y fue una de las principales armas de los Masones, hoy al igual que aquellas épocas pretéritas luchamos para conseguir legalmente, que el Estado no auspicie o promocione creencia religiosa de naturaleza alguna, comoquiera que ello compete única y exclusivamente al fuero interno de cada individuo. Y en esa interioridad o privacidad no debe intervenir el Estado (poder público), patrocinando una religión especifica, al contrario es el Estado quien está en la obligación de garantizar la libertad de cultos.
Hoy recordamos a los Masones del siglo XVIII junto a otros ilustres hombres que fraternalmente soñaban con la libertad e igualdad y que vieron en la tolerancia, la forma más sencilla de lograr el desarrollo de sus principios y que se convierten en un verdadero ejemplo para obtener el desarrollo del laicismo en los Estados democráticos y corresponde actualmente a nosotros, los Masones, expandir por el mundo la semilla del Laicismo, como desarrollo de una mejor existencia.