Una vez ubicó el médico, estableció la fecha de su defunción. Un mes antes de que llegara el día elegido, les contó a sus familiares y amigos. “Lo hizo en un almuerzo, nos dijo que tenía la fecha porque había conocido al médico. Y aunque sabíamos que ese era su deseo, ver el día en el calendario no causó sorpresa, expresó Elvira, su nieta. A medida que la noticia se empezó a conocer, su casa se fue llenando.
Sus hijos, que viven en otros países, llegaron a la despedida. “Desde que supimos la fecha, todas las tardes nos reuníamos a tomarnos unos tragos y a conversar. Era una conversadora inmejorable, divertida, elocuente, creativa. Y aunque era muy triste para todos, no se podía llorar al frente de ella. —No lloren que yo en este momento no puedo ser la psicóloga de nadie. Para mí es más difícil que para ustedes, así que por favor se aguantan el llanto—, nos dijo una tarde”, recuerda sobrecogida Martha.
Los últimos días de vida de Candelaria su casa estaba repleta. Todos los días se hacía un almuerzo delicioso. Ella pidió comer todos los platos que le gustaban y cada día iba a cocinar el que se sabía la receta. “El día elegido llegó y esa tarde hubo un almuerzo delicioso. Era una mezcla de sensaciones: la tristeza de que se iba y la alegría de acompañarla”, agrega otro hijo.
“El doctor X llegó a las 9 p.m. iba acompañado por su asistente. El hombre se quedó maravillado con el ambiente que había y dijo que jamás le había tocado una eutanasia con tanta gente acompañándola y tanto amor alrededor de ella. Entonces le propusimos que se tomara un trago y lo hizo. Queríamos alargar unos minutos la situación, así que le pedimos que cantara un tango. Entonó Volver, una canción de Alfredo Le Pera. Luego de la canción ella dijo que no le alargaran más esto y se fue para la cama. Una vez le pusieron la primera inyección pronunció: —Los quiero mucho a todos, los amo. ¡Uy, qué delicia!, y se quedó profunda. Fue la muerte más bonita que me ha tocado. Despedirse, verla feliz de morirse, completa, sin dolores. Fue un honor. Vivió como murió: como quiso”… (Alfredo Molano. El Espectador).
Actualmente se discute en el Congreso de la República, el proyecto de ley que reglamenta la eutanasia. En octubre dicho proyecto fue aprobado en primer debate, en la Comisión Primera del Senado y faltan tres debates, que no serán fáciles. La iniciativa presentada obedece al cumplimiento, de una sentencia de hace 15 años (239 de 1997), expedida por la Corte Constitucional que despenaliza la muerte piadosa con fundamento en la libertad para decidir del sujeto pasivo del acto y conmina al Congreso para que a la mayor brevedad, regule el tema de la muerte digna.
Pero ¿qué es la eutanasia? Eutanasia significa “muerte buena” y se pretende llegar a ella, en forma digna y humana, a partir de la petición libre, informada y reiterada del paciente, para que ocurra sin dolor o para evitar sufrimientos intolerables de enfermedades terminales y científicamente sin cura posible. También para eludir la infructuosa, onerosa y dolorosa prolongación artificial de la vida.
¿De dónde surge la idea de la eutanasia? En Grecia ya se hablaba de eutanasia, entre ellos se apreciaba vivir de manera digna y no era motivo de castigo, acudir a la figura de la muerte digna, pues consideraban que una mala vida no debería ser vivida, posteriormente en la época Medioeval con el empoderamiento del cristianismo las nociones sobre la eutanasia cambiaron, pues se consideraba que la vida era entregada por Dios y por tal razón el hombre no podía disponer de ella, en aquella época, incluso la muerte repentina era considerada una muerte mala, los cristianos recomendaban a sus feligreses, padecer las enfermedades con resignación para purificar el alma y los pecados. Hoy en día, partidarios y opositores de la eutanasia, defienden sus tesis con fundamento en el derecho fundamental humanitario a una vida digna.
¿Cuántas clases hay? La eutanasia es pasiva, cuando se le suspenden los tratamientos al paciente o la conexión a equipos que le mantienen con vida, simplemente se les deja morir; y en activa, cuando se le suministra cualquier medicamento que produzca la muerte.
¿En qué países es legal? La eutanasia es legal en Holanda, Bélgica, México, Argentina y Luxemburgo,
EE.UU. (2 Estados) y Australia. El suicidio asistido, es decir cuando el paciente consume medicamentos dispuestos por el médico para morir, existe en España y Suiza.
¿Quiénes se podrán acoger al derecho? La Eutanasia no es una obligación, es una opción y se podrán acoger a ella los pacientes colombianos o extranjeros residentes, mayores de edad que estén en pleno uso de sus facultades mentales al momento de solicitar, oralmente o por escrito, al médico tratante la terminación de su vida de una forma digna y humana o la asistencia al suicidio. Este profesional de la medicina no será objeto de sanción penal. En caso de que el médico se rehúse a practicar el procedimiento el paciente podrá solicitar la ayuda de otro médico. En la cuestión requerirá de tres valoraciones médicas diferentes.
¿Cuáles son las condiciones o requisitos? El paciente deberá certificar que sufre de una enfermedad terminal o grave lesión corporal que le produce intensos dolores, continuados, padecimientos o una condición de gran dependencia y minusvalía que la persona considere indigna, los cuales no pueden ser aliviados por la ciencia médica actual con esperanza de cura o mejoría.
Sin lugar a dudas es un tema que resulta álgido y controversial, sobre todo para algunos que consideran que la vida únicamente la puede quitar Dios, entre ellos algunos sectores cristianos y la Iglesia católica que con argumentos de tipo religioso se oponen radicalmente al proyecto de ley.
Desde el punto de vista Masónico, la eutanasia tiene una gran connotación comoquiera que trata varios aspectos importantes, entre otros, la libertad de conciencia y libertad para decidir, de las personas que escogen vivir o morir con dignidad.
Al respecto es importante señalar que el tema de la muerte en la Masonería tiene un simbolismo o alegoría muy especial, si algo cultivamos en la Masonería es a no temerle a la muerte, pues desde el umbral de nuestra iniciación, nacemos de nuevo a la vida, enterramos los vicios, los errores, la mezquindad y somos consientes, que nuestro paso por la vida es efímero y que debemos dejar una huella profunda de amor a la humanidad mientras vivamos, que la muerte es algo connatural que llegará ineluctablemente y el hombre como tal, debe estar preparado para todo, incluso para ella.
“MxM” Masones por la Masonería, como corriente filosófica del pensamiento, de carácter progresista, considera la eutanasia como un derecho fundamental para escoger una muerte o vida digna y no concibe que ante los graves dolores que una persona, no pueda soportar y que los medicamentos incluso más fuertes no puedan controlarlos, se coarte la libertad de conciencia y de decisión para poder escoger de manera libre y espontanea una muerte digna.
Como ya dijimos no será nada fácil que una ley de esta naturaleza prospere en Colombia, sobre todo por la manipulación de la conciencia y el pecado que ejercen sobre sus feligreses las diferentes iglesias, pero creemos que ante esta situación ninguna religión puede oponerse a una decisión personal, libre, y piadosa, remembrando a Galileo Galilei diríamos: “Si existe un Dios que se oponga a la misericordia sería un Dios injusto”.