Log:. Propagadores de la Luz No. 1”

Más importante que la mano que nos tiende cuando más la necesitamos o la sonrisa amable que nos ofrece un amigo o amiga en esos días oscuros en que parece que nunca volverá la luz, es el profundo regocijo que sentimos cuando alguien confía en nosotros.
Como la amistad es producto de una decisión voluntaria, tenemos que ganárnosla ofreciendo lo mejor de nosotros mismos. Así, los amigos nos abordan por nuestra mejor cara y son como espejos que reflejan nuestros rasgos más amables, animándonos en esta forma a dar lo mejor de nosotros mismos. Su aprecio y aceptación a menudo hace posible que nuestras debilidades se redefinan como fortalezas, que nuestros errores se vuelvan experiencias de aprendizaje y que se disipen las dudas sobre nuestro valor personal.
Me pregunto cómo serían de gratas nuestras relaciones con la familia si los tratáramos con el respeto, paciencia y comprensión con que solemos hacerlo con nuestras amistades.