Resp:. Log:. Géminis 45
El lente de la observación debéis graduarlo para observar a distintas distancias: en primer lugar deberíais observaros a vosotros mismos para que descubráis quien es vuestro mejor amigo y vuestro peor enemigo; en segundo lugar os recomiendo observar nuestros templos cargados de simbolismos y elementos esotéricos cuyo significado e historia descubriréis en los próximos años, y, en tercer lugar, debéis observar el mundo que habitáis en el cual suceden innumerables hechos a los cuales no podréis ser ajenosa partir del momento en que ingresasteis a nuestra Ord:.
Mi más fraternal recomendación es que la observación de vosotros mismos la iniciéis desde el momento de vuestra iniciación, ceremonia en la que fuisteis puestos en estado de indefensión y despojados de parte de vuestras vestiduras para ilustrar que entre nosotros el valor principal no son la riqueza, el poder ni las apariencias pues los masones no somos esclavos de la ambición sino de la vida recta, hombres con espíritu de análisis y con independencia de carácter, obreros del pensamiento y la libertad, a quienes no nos seducen las pasiones humanas, las intransigencias religiosas ni los formalismos, que solo valoramos el saber, el honor y la virtud y tenemos como único propósito ser reconocidos como hombres libres y de buenas costumbres.
Cuando cambiéis el enfoque de vuestro lente para observar nuestros templos, os prevengo H:.H:., que entraréis en contacto con la historia de la humanidad, pues la Mas:. es la hermandad secreta más grande y más antigua del mundo, cuyos remotos orígenes algunos sitúan en los templos del rey Salomón y otros, en la Europa medieval todo lo cual está representado en nuestros templos y ceremonias, en donde cada cosa y cada ritual tiene un significado histórico que debéis investigar para bien de vuestra formación masónica.
Finalmente, QQ:.HH:. debéis usar vuestro lente para observar el mundo que existe fuera de nuestros templos, ya que en la ceremonia de iniciación se os indicó que una de las obligaciones que adquiristeis al convertiros en H:.M:. fue la de poner lo mejor de vuestro ser al servicio de vuestros semejantes, asistiéndolos con vuestras luces, deber que os impide ser observadores pasivos de lo que sucede en el mundo que nos rodea.
Creo, QQ:.HH:. que cuando hayáis adquirido el hábito de usar vuestros lentes para los tres propósitos expuestos, notaréis que surgirá espontáneamente dentro de vosotros el segundo lente, el del discernimiento con el cual identificaréis los aportes que como Mas:. podéis hacer en beneficio de la humanidad.
Usar vuestros lentes es vuestro reto, QQ:.HH:., ese es el camino que os recomiendo emprender, ya que este es un proyecto real y de largo alcance, somos Mas:. por lo que hacemos, es un proyecto práctico y no simplemente teórico; es actual y no solo histórico, pues todos los días se presentan circunstancias en las que debemos hacer uso de nuestras herramientas para pulir nuestra piedra bruta y para poner lo mejor de nuestro ser al servicio de nuestros semejantes.
Un ejemplo reciente de lo que acabo de decir sucedió hace apenas ocho días, cuando un grupo de fanáticos musulmanes asesino en Argelia a 38 civiles que estaban en una planta de gas operada por ingleses y noruegos, hecho en el que murió un colombiano; los motivos y circunstancias que produjeron tan dolorosa consecuencia ilustran la vigencia de los principios y compromisos que abrazamos los Mas:. en la ceremonia de iniciación, entre los que se destacan, combatir el error y todo lo que oscurezca la inteligencia, liberar a la humanidad de falsas ideas y fomentar el amor fraternal entre los individuos, las razas y los pueblos.
Para ilustrar lo que acabo de afirmar citaré a continuación las palabras de Gustavo Estrada, padre del colombiano muerto, quien manifestó en el periódico El Tiempo del 24 de enero pasado:
“Escribo esta nota con mi corazón destrozado. Mi hijo mayor murió en la reciente batalla entre unos terroristas que se tomaron un campo de gas en Argelia (África), y el ejército de ese país que entro a destruirlos.
El fanatismo islamista de esta ocasión fue el origen inmediato de la gran tragedia, pero las causas anteriores de su absurda conducta se pierden en la historia de las religiones y los dogmas. En toda creencia desprovista de respaldo racional se encuentran las semillas del fanatismo que, una vez germinan, engendran el conflicto y la violencia.
El rasgo de nuestro comportamiento que no hemos logrado asimilar y, por lo tanto, no nos interesa cambiar, es la certeza que siempre tenemos acerca de nuestras propias ”verdades”, las cuales en materias metafísicas, casi siempre son “reveladas” . Tal certeza, inflexible por definición, convierte de inmediato en herejía cualquier pensamiento que discrepé de ella y en pecado cualquier desviación de sus reglas; su defensa y divulgación, considerando su supuesta autenticidad y trascendencia, se vuelven obligación.
La diferencia entre el terrorismo islamista del momento y los crímenes, recientes y remotos, de todas las fes son solo de forma e intensidad.
La lista de pugnas sectarias a lo largo del tiempo es interminable. Aparecen allí, entre muchísimas, las barbaridades de la inquisición católica medieval, las guerras de religión que siguieron a la reforma protestante en Europa, los conflictos entre hinduistas y musulmanes en el norte de la India… Aún las transparentes enseñanzas de Buda, una vez convertidas en dogma han sido utilizadas para respaldar beligerancias diversas cuyo más reciente ejemplo es el enfrentamiento en Sri Lanka entre las mayorías budistas del gobierno, por un lado, y las minorías hinduistas y musulmanas de la oposición por el otro.
Por supuesto que las religiones no son el único territorio donde se trazan líneas limítrofes y sobre el cual se aglutinan sectas aunque, eso si, ellas conforman el dominio más etéreo. Pero los otros fanatismos – los nacionalistas, los raciales, los partidistas y hasta los deportivos – son también dañinos tanto para cada individuo como para toda la sociedad.
Las atrocidades nazis, las purgas soviéticas y los genocidios chinos son todavía memorias recientes. Estos otros fanatismos se comportan como si fueran adhesiones religiosas, conformadas por principios físicos.
En toda creencia sesgada y sectaria de cualquier índole está la simiente del fanatismo. La siembra de esta semilla en nuestro cerebro – sin darnos cuenta, como si fueran hierbas malas, por adhesión voluntaria, o por adiestramiento disciplinado – es el cultivo de la violencia que una vez produce sus frutos tenebrosos, será muy difícil contener”
Corto aquí estas palabras pues lo dicho es suficiente para que como Mas:. reflexionemos acerca de los dogmas y falsas ideas que pululan en el mundo de hoy, que han producido y seguirán produciendo asesinatos y masacres con el agravante de que ningún fanático reconoce su irracionalidad y cree tener una razón superior para matar.
He aquí la razón por la que afirmo que nuestra condición de Mas:. nos obliga a procurar que desaparezcan las nubes que oscurecen la inteligencia y la conciencia humana, o lo que es lo mismo, luchar para que desaparezcan nuestros propios demonio.