Masones por la Masonería
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EXTRA Carta al Gran Maestro…

12/7/2011

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CESAREO ROCHA OCHOA
ORLANDO SOLANO BARCENAS
JORGE GAVIRIA LIEVANO
GERARDO VARGAS VELASQUEZ
RUBEN DARIO CEBALLOS MENDOZA
Con la consideración debida a vuestra alta investidura, en nuestra condición de Ex Grandes Maestros de la Gran Logia de Colombia, queremos con toda claridad manifestaros que en nuestro sentir no es de buen recibo, como lo estáis buscando afanosamente , comprometer anticipadamente la voluntad de una Gran Logia que por esta época se renueva grandemente en su composición, particularmente en materias tan fundamentales para la institución como son las que envuelven su propio patrimonio y que implican estudios y análisis oportunos, amplios y cuidadosos. Tampoco lo es, por elemental consideración hacia quien os suceda en el cargo, hacia la nueva Gran Logia y hacia el Oriente, aparecer delegando discrecionalmente ahora en una comisión accidental lo esencial de vuestras atribuciones como Representante Legal para que esa comisión adelante gestiones que comprometerán a la institución en millonarias operaciones profanas de construcción. Advertimos en vos una prisa que no acertamos ciertamente a explicarnos ni nos resulta fácil justificar del todo.
Vuestras reiteradas convocatorias recientes a Asambleas extraordinarias de Gran Logia, incluyendo la que aplazasteis por unos pocos días para presidirla este próximo jueves 14 de julio, y que a nuestro ver no debería celebrarse por las circunstancias antes descritas, han estado encaminadas todas a obtener pronta vía libre para continuar avanzando en el proyecto. Si el camino elegido por vos fuera el más adecuado, no existiría en nuestro ordenamiento constitucional la sabia prescripción de que un Gran Maestro no puede reelegirse sino una sola vez. Esa sana norma evita que quienes hayan sido doblemente honrados por la fraternidad para orientar en dos períodos sus destinos eviten perpetuarse personalmente en la silla o puedan aferrarse a ella en ninguna otra velada forma. La autorización que pretendéis y la plenipotencia futura de una simple comisión accidental que se armó al amparo de la interpretación amplia de una autorización que os habría dado para ello la Gran Logia, podrían entenderse como una modalidad de perpetuarse en la práctica el mandato en el tiempo, con incómodas e inconvenientes consecuencias.

Varias y autorizadas voces de queridos hermanos y de Respetables Logias de este Oriente se han pronunciado en las últimas semanas sobre vuestra propuesta en sus diversos aspectos técnicos, jurídicos y financieros .Sus valiosas opiniones han sido profusamente divulgadas en los últimos días y ello nos releva de reseñarlas aquí. Y por qué motivo no lo hicieron antes y por qué razón nosotros no nos pronunciamos hace tiempo? Sencillamente porque antes del 16 del pasado mes, ni esos queridos hermanos ni las Respetables Logias que luego han expresado sus puntos de vista, ni tampoco nosotros, teníamos percepción clara de lo que se venía elaborando, según vos de tiempo atrás y de manera abierta. Nosotros y, sin temor a exagerar, la inmensa mayoría de los hermanos del Oriente, fuimos profundamente sorprendidos en esa Asamblea del 16 de junio que tuvo calidad de extraordinaria e híbrido matiz de tenida blanca. Su receso litúrgico estuvo reservado para que en nuestro recinto sagrado se hiciera la presentación por parte de un grupo de curtidos negociantes profanos compuesto por arquitectos, ingenieros y constructores y hasta por jóvenes vendedoras , quienes complementaron vuestra audaz presentación previa con profuso despliegue de imágenes, sonido y modernas estrategias de ventas.

Nada permitía hasta entonces adivinar el inopinado alcance público que vos le habéis querido dar a todo el asunto, para que ahora esa deliberada publicidad se presente como algo irreversible porque la retractación en esta incipiente etapa haría sospechar una falta de seriedad en nuestra conducta. Se trataba entonces del agresivo lanzamiento esa noche de un desmedido proyecto arquitectónico, de contornos casi faraónicos , con todo y pirámides en diversos niveles de un rutilante rascacielos, con la condescendiente manipulación profana de nuestros símbolos sagrados, inclusive por lo que concierne al impactante nombre extranjerizante de ”Escuadra Downtown”. Y aspirabais a que el entusiasmo que despertara la publicitaria presentación nos hiciera votar ese mismo día avalando el ambiguo proyecto sin observaciones. Os pedimos tiempo suficiente para que nosotros y sobre todo las Logias pudiesen conocer la propuesta y analizar sus alcances. Considerasteis sin embargo esa noche suficiente otorgarnos a todos menos de un mes y habéis pretendido que la reciente circulación del proyecto en un medio magnético sustituya los controversiales debates que deben darse entre hombres libres en el ámbito tolerante de nuestros Talleres. Ahora queréis que en Gran logia se resuelva precipitadamente por el sí o por el no. Como se viene observando, en este ambiente de afanes y presiones, las opiniones libremente expresadas por los hermanos corren el riesgo de ser interpretadas como faltas de respeto hacia vos y con frecuencia las respondéis con una preocupante intolerancia que vicia la atmósfera de libertad de la Asamblea de Gran Logia.

Estamos sin duda frente a un proyecto elaborado a las carreras y consecuentemente plagado de serios errores, inconsistencias, imprecisiones, silencios, desatinos y exageraciones que varios reflexivos hermanos le han anotado juiciosamente. Revela también en alguna medida cierto desprecio, por ejemplo, por un inmueble tan digno y ya tradicional para nosotros como es la espléndida Mansión Kopp. Por las exposiciones hechas, podrían advertirse preocupantes indicios de que no se descartaría por los actuales negociantes un esfuerzo adicional para obtener en su oportunidad un cambio en la clasificación de conservación urbana integral que ahora tiene. Sobre este inmueble, por cierto, nos aseverasteis vos que no se entregaría a los constructores. Sin embargo, en el proyecto conocido ese inmueble apareció ostensiblemente desmembrado, toda vez que la actual entrada a su garaje o cochera hace parte en el proyecto de una zona de libre circulación peatonal pública o comunal, de manera que los aislamientos reglamentarios se comenzarían a medir desde las paredes mismas de la Mansión Kopp y no desde el actual muro divisorio con nuestro actual parqueadero. Si ello fuere así no estaríamos reservándonos, como lo señalasteis, la Mansión Kopp en su integridad, con los mismos linderos que lo conforman originalmente y que figuran en la correspondiente Escritura Pública, sino solo una parte de ella y nos expondríamos en esa forma a la irreversible e incontrolada indiscreción de la mirada y de la penetración públicas. Los constructores profanos, en cambio, mejorarían con todo eso sus expectativas comerciales de manera substancial.

Y aquí es probablemente en donde tocamos la esencia de las consideraciones por las cuales nos oponemos abiertamente a vuestra idea de construcción. La habéis concebido y presentado en todo momento como un gran negocio, como si se tratara de las operaciones propias de una entidad mercantil, de un negociante particular, de una empresa profana normal, así nos hayáis querido tranquilizar con el cero riesgo que en todo ello correría la Gran Logia. En vuestra concepción no ha entrado en absoluto la consideración fundamental de que la masonería nunca ha sido, no es, ni podrá jamás ser una institución a la que pueda aplicársele en ninguna forma la noción de “uso o utilidad múltiple” y a la que impunemente se la pueda someter, como lo habéis pensado sin inmutaros, a un régimen de propiedad horizontal , en este caso con ostensible minoría en derechos, con todas las serias limitaciones que ello tendría para nuestra autonomía, nuestra independencia, nuestra libertad, nuestro decoro, nuestra discreción, nuestra seguridad y nuestra propia respetabilidad.

La única “escuadra” que nosotros podríamos aceptar sería la que en alguna forma asegurara para nosotros una total y absoluta autonomía, la privacidad que ancestralmente hemos disfrutado, y que en ninguna forma estuviese ligado a un régimen de copropiedad con profanos. Variados podrían ser los diseños arquitectónicos para alcanzar una modalidad que combine la comodidad y la estética con nuestras irrenunciables libertad y autonomía. Esa “escuadra” entonces, por vía de ejemplo, podría estar conformada por la Mansión Kopp , íntegra e inmodificada en su exterior o interior, pero a la que se le asegure un adecuado mantenimiento, para cuyo acceso conservaremos la entrada ancha e independiente que siempre ha tenido por la calle 18; un corredor o espacio ampliado por el cual se acceda al actual edificio de los Templos y allí, en su lugar, un nuevo edificio del número de pisos que se requiera para poder albergar ampliamente nuestros espacios sagrados, plenamente dotados, y finalmente cómodas oficinas independientes para cada una de las Logias. Debajo de ese edificio y en los niveles de sótanos que se hagan necesarios, habría estacionamientos propios en la cantidad requerida para atender nuestras necesidades en esa materia. Ese edificio obviamente deberá conservar su entrada independiente por la carrera 5ª, tanto peatonal como vehicular. Una escuadra por ese estilo sería para nosotros una escuadra justa y perfecta.

El resto de nuestras propiedades, que indudablemente tienen hoy un inmenso valor real y potencial, constituyen un inmueble amplio y atractivo para los inversionistas que estén en su oportunidad interesados en desarrollar un proyecto. Solo sobre ese espacio podría recaer una posible negociación con terceros, en un proceso en el que se blinde efectivamente a la Gran Logia de los riesgos que naturalmente puede haber en negocios de esta naturaleza. Deberán existir para esa eventual negociación criterios que consulten la oportunidad de efectuarla y evalúen adecuadamente las valorizaciones que están hasta ahora planteadas en esa zona del centro por el jalonamiento que puede sobrevenir por el desarrollo de los proyectos que se adelantan hoy o se desarrollen más tarde en el entorno. En esa torre, seguramente de alturas menos impresionantes que las propuestas por vos, podríamos aspirar a tener como fruto de una cuidadosa negociación unos parqueaderos adicionales, locales, apartamentos u oficinas y, desde luego, del negocio debemos poder derivar la construcción del edificio que reemplazaría al actual de los Templos, completamente terminado y por cuenta de constructores que se interesen en un negocio que para ellos deberá tener también suficientes ventajas comerciales. Tendrían que pagar también ellos por el alquiler de las instalaciones que debamos ocupar si no pudiéremos trabajar temporal y cómodamente en nuestros predios durante el tiempo que tomen algunos tramos de la construcción.

Pero entonces, como se ve, esa es una operación completamente diferente a la planteada hasta ahora por vos y que dejaría a salvo nuestra total autonomía como institución iniciática, esencialmente discreta y poseedora de secretos y antiguos misterios. Como lo prescriben terminantemente nuestros rituales, nuestro Templo deberá siempre estar bien cubierto y ese mandato nos impone múltiples exigencias en todos los planos. Las suficientes para rechazar enérgicamente el proyecto de naturaleza profana que nos habéis propuesto, ya sea que se lo denomine ambiciosamente proyecto en un determinado momento, esquema general al siguiente día o se lo reconozca como un simple concepto, tal como últimamente lo visualizaron sus actuales promotores, o como queráis finalmente denominarlo. Cualquiera que sea la idea deberá garantizar sin duda ni reserva posible la perfecta cobertura de nuestro templo en todo tiempo. Y eso es lo que vuestro proyecto desconoce abiertamente por el tratamiento eminentemente profano que penetra la pretendida operación en su conjunto.

Obviamente nuestro natural espíritu progresista nos inclina en favor de soluciones arquitectónicas que redunden en beneficio del efectivo mejoramiento de nuestro entorno, pero sin que ello implique restricciones en nuestra autonomía ni la más mínima mengua en nuestro cuantioso patrimonio ni en las inquietudes que naturalmente residen en nuestras moradas interiores. El esquema general para este emprendimiento debe ser cambiado por completo. No es posible que se haya presentado ante la Gran Logia, como ocurrió el pasado 16 de junio, un proyecto de construcción que incorporaba predios de propiedad de unos vecinos con quienes no se ha entablado ni una conversación preliminar para adquirirlos, como fue el caso del lote en el que funciona un parqueadero en la carrera 5ª que colinda por nuestro costado sur con el edificio donde funcionan los Templos. O la inclusión de la “muela” para cuya negociación hay conocidos conflictos entre herederos, o la ligereza con la que parece estarse asegurando el fácil y rápido cambio de la clasificación de los demás inmuebles de conservación involucrados en el improvisado proyecto. La comisión accidental que, no obstante estar integrada por queridos y respetables hermanos, algunos de ellos por cierto condecorados recientemente por vos, no advirtió a la Gran Logia del 16 y seguramente tampoco a vos, ya que nada dijisteis ese día al respecto, de ninguna de esas protuberantes falencias advertidas en la pública exposición hecha por los voceros autorizados de la firma escogida tan minuciosamente, según se n os ha dicho, entre varias otras de prestigio, por la flamante comisión accidental. Por ello estimamos que dicha comisión accidental, no solo no representa adecuadamente los intereses de la Gran Logia de Colombia sino que con su descuido y silencio se ha constituido en una potencial y seria amenaza para ellos.

Nuestro valioso patrimonio material fue conformándose por la generosidad de algunos notables benefactores del pasado; el significativo esfuerzo de los hermanos que nos antecedieron y el coetáneo de quienes hemos venido fortaleciéndolo solo como el medio idóneo para alcanzar nuestro alto objetivo iniciático que se cumple en el plano filosófico y del espíritu. Fue acopiándose con una clara visión de independencia institucional y jamás se contempló por nadie limitarlo al hacer inopinadamente partícipes de nuestros bienes a quienes no perteneciesen a la Orden, no hubiesen contribuido a su consecución o simplemente quisieran súbitamente enriquecerse a costa de nuestro ancestral esfuerzo.

Lo que en 1984 comenzó por ser un lamentable cismo en nuestra Fraternidad se convirtió bien pronto en una desvergonzada proliferación de aviesas conductas irregulares en todos los sentidos, tanto en Bogotá como en el resto del país. A partir de entonces y durante cerca de dos décadas los masones nos mantuvimos en guardia permanente tanto en este como en los demás Orientes de Colombia para hacerle frente a los embates de grupos profanos liderados por personas inescrupulosas que actuaban desde organizaciones abiertamente espurias y de indiscutible irregularidad masónica. Utilizando los más insólitos artilugios profanos, rayanos claramente en la criminalidad, pretendieron apropiarse de nuestros bienes; infortunadamente lo consiguieron en algunos otros Orientes a pesar de la constante diligencia que observaron nuestros hermanos.
Todo ello contribuyó a reforzar aquí la vigilancia para salvaguardar en primer término nuestra regularidad masónica porque es ella la que confiere validez ecuménica a la genuina conexión fraternal masónica y la única vía que conduce hasta el punto final de la larga cadena que explica y legitima la sacralidad y eficacia de nuestras iniciaciones en todos los grados. La férrea fidelidad a ese concepto, insustituible en masonería, no solo permitió durante ese difícil trance mantener viva la magia de nuestra unión fraternal sino además preservar intactos los bienes económicos. Tuvimos que adelantar en nuestra defensa variadas acciones legales juiciosamente instrumentadas por nuestros varios abogados en procesos policivos, administrativos, civiles e inclusive también penales.

En cuanto a la masonería filosófica, los Grandes Maestros de las Grandes Logias Regulares de Colombia apoyados resueltamente por todos los hermanos de los diferentes Orientes del país fundaron por esa época, en 1994, y bajo los auspicios del Supremo Consejo Madre del mundo de Washington D.C, el actual Supremo Consejo Colombiano del Grado 33 que vendría a sustituir enteramente al viejo Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia, entidad de larga tradición histórica pero que por sus degradantes e ilícitas actividades cayó bien pronto en la irregularidad masónica y se erigió en el cuartel general desde donde se enfilaban sin tregua baterías contra la masonería simbólica y filosófica y se pretendía rabiosamente arrebatarle sus legítimos bienes, presumiblemente, como entonces y ahora también lo pensamos, para ponerlos tarde o temprano al servicio de inconfesables intereses económicos de naturaleza nítidamente profana.

Nada debe admitirse hoy que nuevamente debilite o exponga nuestro patrimonio. Nada tampoco que atente jamás contra nuestra genuina unidad fraternal! No os extrañará entonces el celo extremo que nos guía hoy en el cuidado de nuestros valiosos activos espirituales y materiales. Tampoco nuestra abierta franqueza al expresaros nuestros reparos de forma y de fondo a vuestras tozudas pretensiones en el sentido de que la Gran Logia avale o deseche apresuradamente unos planes a nuestro modo de ver improvisados y con poca profundidad, los cuales jamás tuvieron al interior de la Gran Logia de la inmensa mayoría de nuestra fraternidad, ni desde luego entre quienes suscriben esta comunicación, divulgación oportuna y precisa ni mucho menos el debate necesario y suficiente.

Del Muy Respetable Gran Maestro, con fraternal respeto,
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