los cuales la Masonería universal ha jugado un papel importante, de allí que los Masones debamos convertirnos en el medio idóneo para difundir a la sociedad en general la urgencia de proteger y cuidar nuestro planeta.
Por ello resulta trascendente, en esta época de reflexión, recordar que estas fechas decembrinas, son muy importantes, no solamente por los regalos y vacaciones, si no porque los hijos de la luz, como se nos conoce a los Masones, festejamos y honramos un culto a nuestra Madre, si a nuestra Madre tierra, a la Diosa Gea. Culto que tiene gran significación espiritual y que a lo largo del año, se divide en cuatro partes, dos Solsticios (Invierno y Verano) y dos Equinoccios (Primavera y Otoño), de acuerdo al hemisferio en donde nos encontremos.
El nombre de Solsticio, se deriva del latín “Sol quieto” o “Sol detenido” porque durante el Solsticio, pareciera que el Sol se detuviera y el tiempo se convirtiera en una eternidad. En este período celebramos el Solsticio de Invierno y en otro hemisferio el de Verano, que simbolizan la oscuridad y la luz, la alegría y la tristeza, el calor y el frio, el cielo y la tierra (el compás y la escuadra), el máximo crecimiento y el mínimo decrecer, en fin la energía que representa la polaridad de la tierra.
El Solsticio de Invierno, se crea en el instante en que la posición del Sol en el cielo se encuentra a la mayor distancia del Ecuador celeste, es decir, más lejos de la tierra y tiene lugar entre el 20 y 23 de diciembre en el hemisferio norte y entre el 20 y el 23 de junio en el hemisferio sur.
En algunas culturas la fiesta de Solsticio se celebra en el campo, al aire libre, las personas se reúnen en torno a una fogata que representa el Sol, se forma un círculo alrededor y se establecen los cuatro puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste, esta cruz representa, además de las cuatro estaciones del año, la relación entre el Sol y la Tierra, detrás de cada punto cardinal se forman 3 personas que representan los doce sectores del cielo o signos del Zodíaco.
Esta costumbre de representar en la Tierra el aspecto del cielo, nos indica que nuestros ancestros eran grandes cultores y observadores de los fenómenos naturales y astronómicos.
El invierno es época de siembra, en este período, se busca plantar los mejores granos para la futura cosecha, se aguarda de manera paciente que la semilla se abra y se transforme dentro de la madre tierra, en espera de los anhelados frutos.
Los hijos de la luz, de la viuda o hijos de la madre tierra, como nos denominamos los Mas., en nuestras alegorías, equiparamos esta época de siembra, con momentos de paz, de silencio interior, de meditación y abstracción personal, en búsqueda de lo que queremos y deseamos. Es crear en nosotros mismos las semillas de libertad, esperanza, amor, fraternidad, tranquilidad, alegría, generosidad y éxito, en fin de lo que nos propongamos, dejando siempre, por nuestro paso, espigas de amor hacia la humanidad.
Complementando este aspecto, podemos traer a colación la ceremonia de iniciación, que representa en primer término la oscuridad y nos invita a ingresar al solsticio de invierno interior en un largo viaje de inconmensurables expectativas y reflexiones que convulsionan espiritualmente nuestro ser, encaminados por el sendero de nuestra razón. En segundo lugar y luego de una extensa travesía, vencemos las tinieblas y nacemos a la luz, en nuestro solsticio de verano como hombres nuevos que bajo el faro de la verdad buscamos el perfeccionamiento de la humanidad, a través de la construcción de la Gran Obra, con el objetivo fundamental de convertirnos en “Ciudadanos del Universo.”
Siguiendo con la panorámica de la simbología, es igualmente importante conocer que el nacimiento de Jesús de Nazaret (24 de Dic.) y de Juan El Bautista (24 de Junio), armonizan con los solsticios de invierno y de verano respectivamente, de gran significación dentro de nuestra Orden.
Estas fiestas Solsticiales, son importantes celebrarlas con mucho alborozo, alegría y amor, el período es propicio para recordar que somos hijos de la tierra, que nacemos, vivimos y morimos todos los días, que es importante cuidar nuestro planeta y todos sus recursos, que cada día debemos buscar nuestro mejoramiento, a través de reflexión interior y la práctica diaria de nuestros principios y postulados, con miras a lograr ser mejores personas y sobre todo a ser, verdaderos Maestros de la reconstrucción de la humanidad.
La Corriente Filosófica del Pensamiento Masones por la Masonería “MxM”, desea a todos los QQ:.HH:., Cuñ:., Sobr:. y familias en general, FELICES FIESTAS SOLSTILCIALES.
Reciban todos Ustedes, amigos lectores un sincero y cálido abrazo fraternal.